Después de la visita turística nos dirigimos a las instalaciones hortícolas de los hermanos Pamiès donde íbamos a tener una comida "Campestre"
Nada más llegar y en el patio de la finca, lo primero que vemos, un señor asando calçots.
Debido a la fiesta de la calçotada de Valls casi todo el mundo sabe de que se trata esta gollería gastronómica catalana.
Los calçots reciben este nombre en lengua catalana debido a que cuando brotan, estas cebollas especiales, se va amontonando tierra sobre su tallo, operación que en catalán se denomina "calçar la terra", lo que hace que los tallos permanezcan blancos por unos 20 centímetros.
Afortunadamente hemos podido degustar este producto, que ya está, prácticamente fuera de temporada.
Dicen que el descubrimiento de los calçots se debe a un campesino de la zona de Valls allá por el siglo XIX, que se descuido preparando unas cebollas a la brasa, estas se quemaron y su primera visión fue la negrura de toda la cebolla, este campesino, debía de ser de los míos, no tirar nada hasta comprobar que no sirve, así que comenzó a limpiar la cebolla y se encontró con un tallo blanco, jugoso y totalmente comestible, puede que sea verdad o no, pero como yo lo se se lo cuento a ustedes.
El asado de los calçots tiene su ritual, una vez asados y totalmente ennegrecidos se envuelven en papel de periódico, ¡Miles de usos se le daba a este papel cuando era yo niño!, una vez envueltos los calçots en este papel sudan, se recuecen algo, para al final dejarlos jugosos, cremosos y de un sabor excepcional.
Para conservar mejor el calor se protegen con unas tejas tipo árabe.
La mesa como pueden ver ustedes en el centro de este jardín botánico.
En la mesa ya estaba un plato para comenzar con un picoteo compuesto de una coca de escalibada, una chistorra seca y un fuet, ambos de carne de conejo, me impresionó por su textura y sabor, para mi este embutido era totalmente desconocido, conocía la adición a ciertos jamones cocidos de carne de conejo, pero como digo "en calceta" embutido no lo conocía.
Unas aberquinas curadas en agua de mar estuvieron en la mesa para ir picando, ¡No quedó ninguna! francamente excelentes.una magnífica ensalada de hortalizas y flores de la finca, allí estaba para ir picando
El aperitivo vino escoltado por unas excelentes cervezas ecológicas artesanales “La Vella Caravana”.
La preparación estrella hizo acto de presencia en la mesa,
Los neófitos en la ingesta de calçots tuvimos que recibir una lección de como había que pelar el calçot, son las dos fotografías de arriba.
Una vez que aprendimos la lección comenzó la ingesta, para la cual todos los comensales estábamos protegidos por un amplio babero.
El Sr. Arberas, después de limpiar el calçot y pasarlo por la salsa lo ingiere y se puede apreciar su cara de satisfaccion poer le bocado. La salsa que los suele acompañar es una especie de salsa romesco, llamada salvitxada los ingredientes principales de esta salsa son: Ajos asados y crudos, tomates asados, almendras tostadas molidas, avellanas tostadas molidas, pan tostado y empapado en vinagre, pimientos ñoras, aceite de oliva y sal.
Por supuesto es la formula cualitativa, la cuantitativa, ya se sabe cada oficiante tiene la suya y los secretillos adicionales. Ahora eso sí, tanto la salsa como los calçots para matricula de honor.
Una de las señoras del grupo, se ve que no era la primera vez que comía unos calçots.
Aprovecharon las brasa para asar unas alcachofas, que tenían unos corazones tiernos, textura crujiente y sabor ligero al asado de la brasa.
Como pueden ver eramos unos cuantos a la mesa. Mucho trabajaron en casa Pamiès para el buen final de este evento.
Después de las verduras iniciales vinieron unas butifarras, negras y blancas, ambas pasaron por las brasas.
También el conejo pasó por las brasas. Todas las preparaciones eran totalmente campestres.Terminada la fase salada de la comida, vinieron los postres, que fueron preparados por la Matriarca Pamiès,casí 90 años. A la derecha un bizcocho, a la izquierda una coca de manzana y mermelada de melocotón.
y esta fritura de pasta, no se como se llama en la zona, pero con otra forma y misma textura yo la suelo llamar orejas de fraile.
La comida fue regada con excelentes vinos de la zona, en este caso tomamos Vinyes Trobades , un proyecto de recuperación y mantenimiento de variedades autóctonas que está trabajando el Convivium de Lleida
y Brut de Verdú de Costers del SegreCon el café unos tónicos estomacales de producción casera, creo que la artesana de estos licores es Remeira de Girona y tanto la Ratafia como el Limoncillo cumplieron su deber de tonificar la digestión.
Este destilado de Salsafi, es el resultado de una cuidada selección de salsafines, raices autoctonas etc. de la comarca gerundese de La Selva. Esta bebida está saliendo de Cataluña y se esta dejado conocer en el mundo de la gastronomía.
Llegando a las despedidas el Presidente del convivium de Terres de Lleida Joan Inglada nos dirigió unas palabras remarcando los logros obtenidos y los proyectos en los que están inmersos con mucha voluntad y trabajo por parte de los miembros del convivium.
Cuando a la Señora de Pamiés se le entrego la placa, para conmemorar nuestra visita en el restaurante Casa Mercé en Pontdepou para que se la hiciese llegar al presidente de su convivium debido que hasta último momento no estuvo confirmada su presencia en esta comida, por lo que se volvió hacer la entrega de la placa, pero en esta ocasión la entrega la hizo la Sra. Pamiés.Con este apretón de manos se cerró un agradable fin de semana donde expusimos, aprendimos y nos trajimos un gran bagaje para nuestro Territorio.
Gracias a todos los que han colaborado y nos han hecho pasar unos muy buenos momentos.
Esperamos verlos pronto por Vitoria.
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