martes, 14 de febrero de 2012

XX Feria de la patata en Valdegovía y Cata de la Trufa de Maeztu

Varios miembros de Slow Food del Convivium Araba-Álava visitamos el pasado domingo (12-2) la XX edición de la Feria de la Patata de Valdegovía.
Este año la feria se celebraba en Villanueva de Valdegovía, el día no animaba mucho para visitar ferias, que como es natural, se realizan al aire libre, hacía mucho frío he inclusive hubo un amago de nieve, bueno más bien de fina lluvia helada, al medio día salio un poco el sol, cosa que agradecieron nuestros cuerpos.
Álava es una provincia muy ligada a este tubérculo, por algo se llaman a los alaveses “patateros” pero no crean que su cultivo se inició de una manera voluntaria y masiva, para los no iniciados pueden ver cómo fue su implantación en Álava en este escrito que trancribo, es una separata de un articulo sobre la patata que en su totalidad pueden leer en este enlace
Trascribo
“Otra zona donde la patata entra, es en la provincia de Álava, introducción que viene de mano de la Real Sociedad Vascongada de amigos del país, a finales del siglo XVIII (1772), al traer esta sociedad el tubérculo desde Irlanda, en un principio se empezó a usar como planta ornamental. Un insigne estudioso y promotor del cultivo de este tubérculo en Álava, fue Prudencio María Verástegui, miembro de la Real sociedad Vascongada. En 1776 en Álava se publicaron instrucciones para su cultivo, divulgando las cualidades de las patatas y los beneficios que podían reportar a los labradores y a toda la población. No se debió tener muy en cuenta las cualidades y beneficios de la patata, ya que en el año 1817, en las Juntas Generales, se obliga a cada agricultor alavés a sembrar patatas, en al menos tres celemines de tierra.
Una cosa llama mi atención, que estas dos zonas españolas, Galicia y Álava, que fueron pioneras, (por obligación), en el sembrado masivo de patatas sean actualmente unas áreas donde la producción de patata es superior al de otras regiones. Algún estudioso tendrá la solución?. 
Álava cuenta con el "monopolio" en el suministro de patata de siembra. Tal vez sus tierras son las más idóneas para este tipo de cultivo?”

En 1933 nace la Estación de Mejora de la patata de Álava, cuyo objetivo primordial fue la selección de variedades mejor adaptadas a la agroclimática alavesa evitando la dependencia de variedades extranjeras y el consiguiente pago de cánones. En Álava, desde los inicios, el cultivo de la patata experimentó un importante auge siendo el cultivo más rentable de la economía agraria del Territorio. Se especializó, sobre todo, en la patata de siembra, llegando a producir más del 50% de la producción estatal.
Hoy la situación es totalmente distinta, la producción de patata alavesa se encuentra en horas bajas. Son muchos los factores que pueden explicar este declive:
La globalización de los mercados agrarios europeos
Oscilaciones de precios y reducciones drásticas de superficies han dado lugar a una profunda crisis y al desánimo en el sector.
La avanzada edad de muchos de quienes se dedican a este cultivo y que, por fuerza mayor, han ido dejándolo sin tener un relevo generacional interesado en coger la azada y el tractor.
El marketing que rodea a este producto en las estanterías de los grandes centros comerciales. Hoy tenemos un consumidor engañado por un tipo de stand en el que no se invita a comprar un producto de calidad, donde se valore su aspecto culinario, su sabor, su producción ligada a la tierra, su respeto ambiental, su trazabilidad, sino que solo se fomenta una calidad visual.
Por eso son tan importantes este tipo de ferias, donde a pesar de la climatología alrededor de 5.000 visitantes homenajearon este rico manjar y que pudieron adquirir este producto al irrisorio precio 8 y 6 euros los 25 kg., osea a 24 céntimos de euro el kilo. 30.000 kilogramos se pusieron a disposición del público asistente, de las variedades kennebec, monalisa, agria y spunta preferentemente. También Slow Food Araba-Álava estuvo participando en la Feria; nada más desembarcar en Villanueva sus miembros se dirigieron al encuentro con la empresa pública Neiker-Tecnalia donde sus técnicas presentaron proyectos sobre la evaluación agronómica de la variedad, la creación de nuevas variedades, sus clones y la selección de semillas.
Diversas actividades dieron color y calor a la jornada, como el Taller de Labores, donde artesanas de varios lugares daban muestra de su habilidad con los bolillos, había una señora con 83 tacos a sus espaldas.
En el frontón hubo competiciones de deporte rural, las fanfarres animaron con su música las calles y los puestos, que lo había de todas clases, pero para mí los más interesantes los de productos hortícolas, pero el plato fuerte de la jornada fueron las 1500 raciones de patatas guisadas con txitxikis que prepararon los entusiastas cocineros de la Federación de Sociedades Gastronómicas de Álava, Boilur, dirigidos hábilmente por José Antonio Arberas.
Durante nuestra visita a la “COCINA DE CAMPAÑA” de Boilur instalada en la bolera ,fuimos obsequiados con un caldo
Que fue muy agradecido por todos los miembros presentes de Slow Food ya que nos entonó el cuerpo.
El 29 de enero en Pobes hubo la Jornada de la trufa y como cierre de este evento en el día de hoy nos dirigimos a Maestu, donde en el restaurante Izki, en los que ofician Inmaculada Martínez de la Hidalga y Koldo García 
(En la fotografía con el presidente de Slow Fooed Araba-Álava)
nos ofrecieron un abanico de preparaciones, en las que la trufa estaba presente, demostrando que la trufa, todavía una desconocida en la mayoría de las mesas, se puede utilizar tanto en la cocina salada como en la dulce.
Cada plato que salía de la cocina lo comentaba Koldo, dando todo tipo de detalles.
Lo primero que salió a la mesa fue una crema de alubias blancas por supuesto la crema estaba trufada con esta tuber melanosporum, 
Luego vino un capricho de berenjena, se trataba de un gran ravioli, donde la pasta se había cambiado por finas lonchas de berenjena y el relleno un arroz meloso trufado y como salsa una muselina así mismo trufada.
Terminado el capricho de berenjena hizo acto de presencia un solomillo de ibérico relleno de paté y hongos trufados sobre salsa trufada con foie al oporto con guarnición de vegetales confitados.
Y para finalizar un flan a la naranja con huevos previamente trufados y guarnición de salsa de frutos rojos del bosque.
Así que como han podido ver ustedes pudimos apreciar las diferentes posibilidades que tiene la trufa  y desmitificar la creencia de que es un producto caro y para sibaritas ya que se puede utilizar en cualquier plato de consumo habitual y en cantidades tan pequeñas que no resulta ningún dispendio y sin embargo enriquece notablemente el plato.
Una velada muy interesante e instructiva la que pasamos en estas visitas y comida que realizamos.
Ahora la próxima visita que tenemos programada es para el día 3 de Marzo en que visitaremos una cervecería artesanal.