EL
grupo de Slow Food del Convivium Araba-Álava con el matrimonio Pamies y
miembros de Slow Food de Terras de Lleida visitamos el restaurante casa Mercé
en cuyas cocinas opera la Señora Mercè Comins y en la sala el Sr. Josep Mercè.
Vista del edificio de Casa Mercè y del restaurante.
En
la bajada a la bodega se pueden ver una colección de antiguos aparatos de
radio, sifones, marmitas, etc.
Todos
acomodados en un acogedor comedor el Sr. Pamies dijo unas palabras sobre esta
casa, en la que se oficia producto de temporada, mucho de los cuales son de
producción propia o de los aledaños, siendo su cocina totalmente casera.
El
Presidente del Convivium de Slow Food Araba-Álava aparte de agradecer todas las
atenciones que íbamos recibiendo,
hizo
entrega de una placa de conmemoración de nuestra visita a Slow Food Terres de
Lleida, como su presidente no pudo estar, se hizo entrega del mismo a la Señora
Pamies, para que se la hiciera llegar.
Terminados
los preámbulos protocolarios comenzamos con la ingesta de las gollerías que nos
tenían preparadas.
Comenzamos
con unos arenques con huevas de arenque y vinagreta de miel.
La
vinagreta la oficia la Sra. Mercè con vinagre blanco, miel del Montsec
(producción propia) y AOVE, como toque floral Flor de Pensamiento y una ramita
de ficoide glacial. Comenzaba bien la comida.
Continuamos
con unos caracoles a la gormanda, ya explicados cómo se ofician en la
entrada de la sociedad gastronómica Lo Tall tal vez esta preparación y para mi
gusto estaba un poco escasa de aromáticas, pero ya se sabe cada oficiante
tienen sus puntos de aliño, cocción, que por cierto estos estaban mejor
cocidos, en definitiva unos caracoles muy logrados.
A continuación tomamos estas bolsas Judas rellenas de espinacas y pasas.
A continuación unas flores de calabacín rellenas de setas y mató, ya saben un queso fresco, por aquí a este
tipo de queso le llamamos requesón, aunque hay sutiles diferencias de unos a
otros, como siempre dependiendo del oficiante.
Un
paté de montaña de cerdo y pato con unas bolitas de enebro, hizo las delicias
de los comensales. El toque del enebro (sabor ginebra) le da un toque muy
especial y agradable.A continuación vino un arroz meloso con setas (Mocosa Suillus granulatus, S. luteus), queso parmesano y lascas de Foie. Una combinación, así como la cochura excelente.
Como remate vino un fricandó con una salsa a base de tomate, ajo, perejil,
Llegados los postres comenzamos con unas almendras caramelizadas y otras simplemente tostadas. Por supuesto de la tierra.
Una
torta de Mató fue muy alabada, se parecía mucho a la tarta de queso que
oficiamos en casa.
Como
remate unos helados de la casa. Estos helados se ve que son artesanales, sin
utilización de ningún producto para evitar granulosidades, ni el uso de
máquinas modernas, tal vez a algunos no gusten este tipo de textura, a mí me
encanta y que decir de los sabores, de violetas, fresa, miel y del cuarto no me
acuerdo.
Terminada
la comida la cocinera fue felicitada efusivamente y por parte del grupo fue
obsequiada con un libro sobre la gastronomía alavesa y otros detalles.
Antes
de abandonar Casa Mercè visitamos la bodega y almacén de las confituras y
conservas que se realizan en esta casa para su posterior utilización en cocina.
El Sr. Josep Mercèexplicándonos detalles y maneras de como ofician sus conservas.
Carta del restaurante, no muy extensa, pero si con producto de la tierra y de temporada. Me recomendó Dolorss de Balaguer que no dejara de probar el conejo que se oficia en esta casa, me dijo que es muy difícil superar esta preparacion tal como la oficia la Sr. Mercè. Desafortunadamente no lo caté, ya que íbamos a tomar un menú sorpresa a gusto de la cocinera de la casa, otra vez será.
Como la paisaje de la zona es de mucha belleza y estamos cerca de la cadena montañosa del Montsec, fuimos a la cima en un lugar que las vistas son magníficas a dos valles, desde esta altura se ven los Pirineos y entre sus montes se pudo ver vagamente el pico Aneto, el tiempo estaba algo nublado, pero se veían muy bien las cumbres nevadas de los Pirineos.
Contábamos
entre los acompañantes Leridanos con un geólogo que nos dio una charla muy
documentada sobre la formación geológica de esta zona de Lleida.
Esta
zona de la montaña es muy visitada por deportistas que utilizan el Parapente
para sus vuelos.
Terminada
nuestra visita al Montsec, volvimos para para Balaguer que llegamos justo a la
hora que teníamos programada para cenar en plan de picoteo en el “restaurante
Cº Casa Casso”.
La
visita irá en la siguiente entrada.
Gracias
a la Señora Mercè Comins y al Sr. Josep Mercè, por el agradable trato,
excelente comida que degustamos en su casa.
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