martes, 2 de julio de 2013

Slow Food Convivium Araba-Álava, visita a los productores y productos de Cantabría Junio de 2013

Resumen de estos dos días, 29 y 30 en que varios miembros de Slow Food convivium Araba-Álava confraternizan con astures y cántabros.
La jornada comenzó a las 10 de la mañana del sábado día 29 en la que nos dirigimos rumbo a Santoña, como es habitual no podíamos comenzar mejor que comiendo las excelentes anchoas de la taberna Alberto.

Posteriormente nos dirigimos a Somo (Cantabria), donde se celebraba el tradicional mercado artesanal y donde habíamos quedado con Jaime Santiago Haro, productor de sidra ecológica y miembro de la Cofradía Cántabra de sidreros.
En primer lugar nos puso al día sobre la situación de la agricultura y ganadería biológica que a día de hoy cuenta en la actualidad con más 140 operadores de agricultura ecológica, de los que 21 pertenecen al sector de la elaboración tanto en ganadería, como en agricultura o apicultura. Según datos de la Consejería de Ganadería, Agricultura y Pesca, en la región hay 42 explotaciones ecológicas de ganadería de vacuno con 1.750 reses, además de tres de ovino con unos 1.000 animales. Todas estas explotaciones se dirigen a la comercialización de la carne.
En el sector de leche y derivados existen cuatro explotaciones y tres empresas, además de contabilizarse en la región 1.700 colmenas de 14 apicultores y tres envasadoras de miel.
Cantabria cuenta también 92 hectáreas dedicadas al cultivo ecológico de frutas y hortalizas, con 40 operadores para la distribución de estos productos agrícolas y con dos envasadoras.
Al igual que en Álava el mayor problema con el que se encuentran los productores, es la comercialización de sus productos a un precio justo.
No es el caso de Jaime que elabora para autoconsumo y una pequeña parte para “fiestucas locales” organizadas por el propio Ayuntamiento o por la Cofradía.
Nos recibió amablemente en sus coquetas instalaciones de elaboración, almacenaje y embotellado donde con manzana cántabra biológica de Cabuerniga, realiza sidra de forma artesanal y totalmente diferenciada;”…… aquí hacemos pequeñas cantidades de sidra pero lo bueno es que todas tienen su toque personal, no están homogeneizadas……..”, filosofía que también nos predican siempre nuestros sidreros de Aramaio.
Una vez recogida la manzana, la prensa en un lagar de Rivera a finales de octubre o primeros de noviembre y reposa el zumo en Somo. Embotellan o corchan en abril/mayo.
La cata de este néctar se acompañó de unas agujas y anchoas locales.
Antes de terminar la cata se produjo el matrimonio entre la sidra cantabra y la asturiana que nuestro socio en el principado Jandro trajo para la ocasión quedando lacradas dos botellas de la referida mezcla.
En esta ocasión Jaime, después de mostrarnos algunos antiguos artilugios de campo cántabro como la colodra se unió al grupo para ir a la localidad de Loredo donde el afamado restaurante Casa Serafín nos esperaba para degustar sus conocidos plato; una hermosa ensalada de ventresca de bonito con pimientos, puerros y verduras varias que, el propietario del restaurante, cultiva en ecológico y embota para el consumo del año abrió la degustación para pasar después a los esperados pescados de Roca. Machote y Besugo, en esta ocasión, que junto a los excelentes percebes locales, pulpo y los calamares de junio hicieron las delicias de los asistentes dada la frescura y el sabor de estas especies que nada tienen que ver con las que habitualmente adquirimos en nuestras pescaderías.
La jornada no pudo acabar mejor que degustando el marisco local que nos sirvió el Restaurante Costamar y que pudimos disfrutar, sin marcharnos, gracias a los baberos obsequio de la Cofradía del Oriciu de Asturias.
En el restaurante Costa Mar degustamos, unos calamares rebozados, almejas langostinos, gambas, centollas y langostinos. Rematando la ingesta de este marisco con postres caseros.
Parte del grupo en la mesa, para comenzar la cena.
 El presidente de Slow Food, Convivium Araba-Álaba junto al socio Lorenzo, que bien nos hizo reir con sus chistes, chascarrillos y sucedidos.
 Vista desde la ventana de la habitación del hotel Costa Mar, a lo lejos la isla de Mouro, a la izquierda la ciudad de Santander, La Magdalena en el centro y Cabo Mayor a la derecha.
Otra actividad de Slow Food para enmarcar y tenerla permanentemente en nuestra memoria. Ahora a esperar al próximo año que se volverá a girar otra visita.


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