miércoles, 1 de junio de 2011

La Fernandica, resturante en Ledesma, Sabores´11 III Congreso de Gastronomía de Castilla y León, 3ª Entrega

Amaneció el domingo en Zamora a la hora que yo me levante, después de pasar 5 horas en la cama, es decir a las 6 de la mañana el cielo estaba despejado pero para las 9 y media que habíamos quedado con nuestra Guía Dolores, es guía Regional de Turismo Castilla y Leon y por lo tanto una persona cualificada.
Antes de dirigirnos para Ledesma realizamops un tour turistico por Zamora.
Estaba lloviendo, así que el paseo que íbamos a dar por la bonita ciudad de Zamora, llena de edificios emblemáticos hubo que acortar. Como se puede apreciar el personal iba provisto de paraguas. Nos acercamos a la Catedral la cual la vimos por fuera ya que había oficios religiosos y no se podía realizar la ruta turística por su interior.
De las murallas de la ciudad se podía tener esta vista del rio Duero.
Una vista del patio del Parador de Turismo la tenemos en esta imagen
La verdad que Zamora esta bien provista de iglesias romanicas, el castillo, las murallas, un puente de piedra, un par de placios etc. Zamora está considerada "la ciudad del Románico" Quince de los 24 templos están declarados bien de la humanidad.
Estos son algunas de las cosas que nos iba explicando Dolores.
Al ser Zamora una ciudad de poca población, es tranquila y una cosa que llamó mi atención la limpieza de sus calles.
Creo que dijo que este edificio es el Palacio de los Momos, si así no es la culpa es mía.
Como he dicho al principio el tiempo no animaba a seguir callejeando, a pesar que empezó a mejrorar, nos metimoas en el autobus para trasladarnos a Lerma donde ibamos a visitar dos casas de comida y alguna cosilla más.
Nuestra primera parada fue en La Fernandica, local que es regentado por las hermanas Velasco, Tere y Angeles.
Es un restaurante, que digo restaurante, es una ermita de la restauración, la comida es a la vieja usanza, donde todavía perdura el espíritu de cuando la casa era un lugar de descanso para los arrieros y sus caballerías, ambos comían en la casa, a veces los arrieros llevaban su propia comida (El Fardel), cosa muy habitual hace 150 años, también era parada obligatoria de viajantes y tratantes de ganado.
El establecimiento viene de largo, ya que lo tuvo el abuelo Fernando de estas entrañables mesoneras, luego el padre Fernandico y ahora sus hijas La Fernandica. Una hija de Ángeles  pululaba por el establecimiento sirviendo y poniendo a punto las excelencias que nos sirvieron. Es de esperar que quiera seguir en el negocio y que posteriormente pase a las nietas ya que desaparecer un establecimiento como este, una ermita gastronómica, una referencia de la comida de antaño, sería una pena.
En realidad no tiene nada particular, pero la atmosfera que se respira, la simpatía de estas tres Señoras, los productos de primera que utilizan, su trato, en definitiva su todo, lo hace tan entrañable, que si en Zamora se hiciese una votación para su permanencia desde este momento voto que SI.
Tiene dos comedores ambos sencillos, uno para acomodar a unos doce comensales y
Otro más hogareño en el que esta la cocina baja, que tiene su temporada, ahora en verano ponen en el hogar de la chimenea una cocina de gas, pero cuando vuelvan los fríos volverán a guisar en la cocina baja de leña de encina. En la fotografía tenemos a tres bloggers y al alma del Congreso, Javier.
Cuando digo que esta cocina es hogareña, es que lo es, como lo eran las cocinas de cuando era niño, en esta inclusive hay una mesa camilla, con su falda y brasero, ¡QUE LUJO!,
Antes de empezar a servir unos bocados, ya que en un principio lo que íbamos a tomar era un vino y una tapa, Ángeles, la hermana más joven, todo era decir, “No piensen Ustedes que van a encontrar grandes cosas, esta casa es sencilla”, menos mal, que si no llega a ser sencilla no salimos a nuestro siguiente punto en nuestro itinerario.
Comenzaron con unas patatas “meneadas” con unos torreznos, el plato delicioso, fino y bien conjuntado con los torreznos, que no se ven esta fotografía, un plato hecho con tiempo y cariño, que al final se percibe en la preparación.
Unas tencas fritas hicieron que me entusiasmase con este sencilla preparación, las tencas no eran salvajes, pero aun y todo me recordaron a las que cogía hace muchos años.
Nos decía Ángeles, como para excusarse, este jamón es de casa pero es de cerdo blanco, cuantos jamones de cerdo negro Ibérico quisieran estar tan en su punto, bien entreverados de grasa como este jamón se ve. Muy bueno.
También el salchichón y chorizo que sirvieron, ambos caseros de una factura excelente.
También nos sacaron una tabla de quesos, como habitualmente lo hacen a sus parroquianos, pero una tabla eh¡ No unas lascas mal repartidas en un plato, lo hacen al estilo francés, enteros o casi enteros y cada uno se iba sirviendo lo que le apetecía. Los quesos todos zamoranos y uno de ellos se sirve a la Casa Real.
Tambien sacaron queso curado en aceite de oliva extra virgen, bueno, pero tengo que hacer un comentario semingativo, en este establecimiento lo que va en consionancia es el queso en orza y sacar esta a la mesa.
Vino hasta un flan casero de postre. Bueno de sabor y textura.
Creo que dije al principio que veníamos a tomar unos vinos (que no tomamos), tomamos cerveza y una tapa, y porqué tuvimos que decir ¡Basta por favor¡ que tenemos que ir a comer en La Puñalá, y ya eran pasadas la una del mediodía.
Muchas fueron las vivencias y anécdotas que nos contaron Tere y  Ángeles.
Qué rato tan entrañable pasamos en este establecimiento, creo que lo he dicho al principio, pero no me importa reiterarme.
No os olvidéis de este establecimiento cuando paséis por Lerma, francamente muy interesante. El precio es fijo 24 euros y desde luego se sale henchido como uno no se frene, por lo tanto precio calidad excelente.
Fuera del establecimiento nos hicimos la fotografía de rigor del grupo.
La hora de la comida se acercaba, así que fuimos al restaurante para pedir tiempo, como en los partidos de baloncesto, nos lo dieron y nos fuimos a pasear por el pueblo y a la vez visitar la casa Rosquillas Ledesminas donde elaboran las roquillas más pequeñas de España, pequeñas son, pero sabrosas a pesar de sus básicos ingredientes, Harina candeal, manteca de cerdo, azúcar, huevos y leche entera.
Para animar la venta y con la promoción del ayuntamiento han empezado a implantar el día de noche vieja, en vez de tomar las uvas, toman las rosquillas, la iniciativa salió bien y las rosquillas se vendieron bien el día de nochevieja fuera de Ledesma.
Estas rosquillas parece que se vienen oficiando desde hace 200 años, aunque en los archivos que se están investigando parece ser que hubo una licencia papal hace 400 años que se dio a Ledesma para consumirlas por la cuaresma ya que el pueblo carecía de otros recursos y estas rosquillitas eran un alimento completo y se hacían en todas las casas, después de la invasión francesa se dejaron de hacer en las casas.
Hasta hace muy poco se han estado haciendo a mano, una a una.
Actualmente es la cuarta generación que está elaborando  las Rosquillas de Ledesma, manteniendo la receta original y el acabado artesanal.
La empresa hoy está  dirigida por Genaro y Victoria.
Tambien elaboran Perronillas, Mantecadas, Periquillos, Bizcochos, roscas fritas y hornazos de muy buena factura.
Una vez más la foto que da fe de nuestra presencia en este establecimiento.
Poco a poco nos fuimos dirigiendo hacia La Puñalá, pero esto irá en la siguiente entrega.

1 comentario:

Viena dijo...

¡Cómo estoy disfrutando todo su viaje!. Voy para la Puñalá.