Con
mucho personal en las gradas del auditorio de las salinas
Comenzó
el acto con una alocución de Valentin Angulo Presidente de Sociedad
Gatzagak que
transcribo a continuación.
Alcalde
de Añana, representantes del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Álava, la
Cuadrilla de Añana y otras entidades locales, Director Gerente de la Fundación
Valle Salado.
También
doy la bienvenida a todas las personas que forman parte
desinteresadamente
del Convivium de Slow Food Álava y, por su puesto, a todos los vecinos y
vecinas de Salinas de Añana.
Los
salineros y salineras del Valle Salado celebramos hoy el final de la Cosecha de
Sal de este año. Y queremos haceros partícipes de esta jornada salinera que
todos conocemos como fiesta del entroje.
Esta mañana van a tener ocasión de conocer cómo se produce sal
en este maravilloso y único paisaje que es el Valle Salado. Pero también cómo al
final de la cosecha los hombres y mujeres cargaban sobre sus hombros la sal para transportarla de los almacenes del valle a los almacenes
del pueblo.
Pero además de recrear unas técnicas y tradiciones salineras que
llevamos aplicando desde hace miles de años, la sociedad de salineros Gatzagak,
heredera de la Comunidad de Caballeros de las Reales Salinas de Añana, queremos reconocer la labor que Slow Food Alava y en particular de su presidente, D. Alberto López de lpiña, realizan para promocionar en todo el
mundo la calidad de la Sal de Añana.
El Valle Salado de Añana, pese al deterioro que a punto estuvo
de sumirlo en la ruina y el olvido, luce hoy en todo su esplendor gracias a las
labores de recuperación y puesta en valor que se están llevando a cabo.
La mitad del paisaje está ya recuperado: más de 2.000 eras, 4
kilómetros de canales, más de 200 pozos y casi 50 almacenes.
La cosecha de este año se ha cerrado con 24 toneladas de Flor de
Sal y 148 toneladas de Sal Mineral de manantial. Su comercialización y venta
está contribuyendo a auto-financiar casi en un 35% la recuperación del valle.
A ello hay que sumar que el Valle Salado es hoy uno de los
destinos turísticos importantes de la nación. Miles de personas nos visitan
cada año, 60.000 en lo que llevamos de año, y transmiten con orgullo la riqueza
de nuestro patrimonio.
EXPLICACIÓN DE CÓMO SE PRODUCE LA SAL DE AÑANA
El Valle Salado es una salina de interior en la que se produce
sal por evaporación natural y tres son los factores que intervienen en su producción:
el sol, el viento y la experiencia del salinero.
La salmuera o agua salada que emerge en los manantiales situados
en la parte alta del valle, discurre por gravedad a través de los canales de
madera hasta los pozos y eras repartidas por todo el valle.
1.- El llenado de las eras, con más o menos un centímetro de
agua y el revolver para que no cristalice.
2.- Podemos ver cómo una vez terminado el trabajo de nuestro
obrero más valioso, "el sol", se va formando sobre la salmuera la tan
apreciada Flor de Sal, un tipo de sal que antiguamente no valorábamos como hoy
en día porque no estaba extendida en el mercado.
3.- Una se evapora el agua de las terrazas, el salinero traslada
y amontona la sal mediante cestos que introduce por la boqueras a los almacenes
o terrazos ubicados en cada granja.
4.- A continuación vamos a presenciar el trabajo más ingrato y
menos remunerado de las salinas, y que se lleva a cabo una vez terminado el
verano.
Esta labor, conocida popularmente como ENTROJAR, consiste en
llevar sobre sus espaldas pesados sacos de sal, sacos que en el caso de los
hombres pesaban cincuenta kilos, y en el de las mujeres, 3/4 partes de ese peso, recorriendo las sendas y caminos que van desde las diferentes
terrazas del valle, hasta los almacenes del pueblo.
A día de hoy y en su apuesta por la calidad, las cantidades de
producción de sal son menores que hace décadas. En su época de máximo esplendor
y con todas las eras a máxima producción, el Valle Salado era capaz de producir
cinco mil toneladas, CINCO MIL TONELADAS QUE HABlA QUE TRASLADAR.
Esta dura labor, la realizaban las mujeres, hombres y jóvenes
con capacidad para ello, en lo que siempre se conocía como LA TANDA. Así se
denominaba a los grupos de jornaleros que de forma conjunta e
indistintamente de su condición de propietarios o no, eran contratados por los
propietarios para sacar la sal de sus granjas de eras.
La sal se sacaba normalmente a razón de 20 Viajes diarios por
jornalero: 10 viajes a la mañana y otros diez por la tarde. También se repartían
la distancia: cinco a granjas de eras cercanas y cinco a granjas lejanas.
Porque el precio se fijaba en función del número de viajes y de
la distancia desde la granja a los almacenes.
Era, y es, un trabajo muy duro, por el peso, por el calor, la humedad
y el daño que los sacos hacen en la espalda y en la cabeza, ya que las mujeres
trasladaban los sacos sobre la cabeza en vez de en la espalda.
Y es por eso, que existía también la figura de los medidores,
que con imparcialidad determinaban como había de llenarse la media fanega que
determinaba el peso que el jornalero tenía que llevar a su espalda.
Afortunadamente, quien un día era el propietario que contrataba,
al día siguiente era el jornalero para otro salinero, y era un trabajo que se
pagaba cada semana después de misa mayor, cuando iban a por sus sueldos a las casas de los propietarios.
Todos estos trabajos ancestrales desarrollados por los salineros
y sus familias, entroncan con las tradiciones e historia de estas nuestras salinas
y nuestros salineros, aunados hoy en la sociedad Gatzagak, que recoge el
espíritu de la antigua Comunidad de Caballeros Herederos de las Reales Salinas
de Añana.
Así desde el siglo XII, el Concejo de la Villa y los Caballeros
Herederos de las Reales Salinas de Añana, dirimían conjuntamente en litigios y pleitos,
y ya a partir del siglo XVI, será la Comunidad ella sola, quien intervenga en todos
los asuntos de las salinas, eligiendo y nombrando a los que en base a su
honradez e imparcialidad eran considerados LOS HOMBRES BUENOS.
Estos hombres buenos, decidían y regulaban sobre temas como la
distribución de las aguas, el adecentamiento de las zonas comunes, y en su caso
representaban a la Comunidad cuando fuese necesario.
Por eso hoy también estamos aquí para, desde Gatzagak, honrar a
Alberto Lopez de lpiña Samaniego, presidente de Slow Food Alava y consejero
Internacional de España y Portugal de este movimiento internacional, y elegirlo como
HOMBRE BUENO, como defensor de este patrimonio que es el Valle Salado, dándole valor
a nuestra sal, la Sal de Añana.
Alberto,
cuando se creó el Convivium de Slow Food Alava, la elegiste como su insignia, haciéndola
protagonista en todos los actos en los que ha tenido presencia Slow Food Araba,
colaborando en su difusión internacional.
Queremos
agradecerte especialmente tus esfuerzos para que recientemente la Sal de Añana
haya sido reconocida como Producto Baluarte, que es el máximo reconocimiento que
concede Slow Food Internacional.
Por todo ello, y en representación de la Sociedad Gatzagak,
heredera de la Comunidad de Caballeros de las Reales Salinas de Añana, queremos
honrarte y nombrarte HOMBRE BUENO. Para ello te hacemos entrega de:
- La capa de caballero
- La maquila de mando
- La txapela de honor
- Esta copia del sello validador de nuestros más antiguos fueros
y privilegios
- El certificado que te acredita como Caballero Heredero de las Reales Salinas de Añana
- Y este trofeo en agradecimiento de todos los salineros
El nuevo Caballero Heredero de las Reales Salinas de Añana, nos dirigió unas sentidas palabras de agradecimiento por el galardón recibido.
Antes de cerrar el acto se cantaron una serie de canciones salineras amenizadas por la charanga del pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario