Hace
casi un año que andábamos programando en la tertulia del Café una excursión a
este templo de la Verdadera Carne de Buey, de vaca, sus cecinas,
lengua semi cocida y semi curada, etc. Pero por una cosa u otra la cosa se iba
demorando, hasta la semana anterior, que se dijo, la próxima semana se va y el que
no quiera o no pueda, pues para otra ocasión.
Total
con mi humilde persona fuimos tres los que a las 8 de la mañana del venturoso
día 24 de septiembre del año en curso nos metimos en el coche e iniciamos el viaje hacia Jiménez de Jamuz donde esta ubicada la bodega El Capricho
Ya metidos en la N-I, antes de llegar a Miranda de Ebro tomamos la autopista que nos llevaría hasta Burgos,
Con
los navegadores se facilita mucho esta labor y es
más difícil equivocar el camino que antaño y más que el copiloto Honorio conoce la zona perfectamente.
La
primera parada la hicimos en Sahagun tomamos un café, estiramos las piernas y
decidimos hacer una parada en Valencia de Don Juan (León) donde se puede
visitar un magnifico castillo del Siglo XV, desafortunadamente solo pudimos
verlo por el exterior, ya que los lunes cierran, como lo hacen prácticamente todos los museos. En la
fotografía arriba/derecha: Alberto, Honorio y el que escribe estas líneas.
Hacia
la una de la tarde nos dirigimos a Jiménez de Jamuz, donde lo primero que se ve
a la llegada a la Bodega El Capricho, en una pequeña explanada donde se pueden
contemplar donde están ubicadas bodegas típicas de la zona y escavadas a golpe
de pico.
Ya
frente al cartel de El Capricho y
De entrada una toma de contacto con las chuletas, las de la izquierda son de vaca Mirandesa con 30 días de maduración y las de la derecha son de buey de un cruce entre raza rubia gallega y vianesa, con una maduración de 50 días en cámara con temperatura y humedad controladas.
En este restaurante trabajan una serie de razas bobinas, sayonesa, mirandesa, rosa, Asturiana de los Valles, Arauquesa, Pardo Leonesa, Maronesa etc. Busca el propietario de esta bodega y enamorado de su trabajo Jose Bordón, la calidad ante las modificaciones genéticas de más producción pero que sus carnes no son tan naturales, es decir prima para José Bordón el producto local, autóctono y de calidad, para lo que se molesta en ir recorriendo las zonas donde puede encontrar estos animales.
Da gusto escuchar a José Gordón, cuando habla de la nobleza de estos animales, de la mineralización de la proteína, la elegancia y suavidad de los ácidos grasos, toda la pasion que tiene este señor por la carne, la verdadera carne de buey, se ve plasmada al final en el plato.
Como ustedes tal vez sepan la revista Times entre otras a calificado a la carne de buey de este establecimiento como la mejor del mundo y otra creo que (The Guardian) la clasificó la 10ª entre las 50 mejores del mundo.
En ocasiones y dependiendo el trabajo que el animal haya realizado y la alimentación que le dieron, los mantiene en sus campos para que mejore su carne. He leído, se me olvidó preguntar, que a veces los mantiene hasta tres años en esta situación.
Detalle de las chuletas de vaca, carne bien infiltrada de grasa entre el musculo y buena protección exterior de la misma.
Como ven en la capa de grasa la parte amarilla es la que se va enranciando con el maduramiento, que al ser de 30 días es de menor profundidad que
la
del buey que lleva 50 días de maduración. Sobre la mesa de la zona de empaquetado de pedidos están poniendo al vacío unas chuletas para expedirlas al comprador por agencia de transporte en camiones isotermos.
Se
puede ver como el maestro parrillero mete un termómetro sonda para ver la
temperatura interior de la chuleta.
Ya
en la mesa comenzamos con u aperitivo de paté de cecina de buey, estaba muy
sabroso el bocado, dijeron que lo hacían con las puntas de los bloques de
cecina, que los trituraban y hacían el paté, cuando se les pregunto que si le
añadían queso, nata, cosa similar, (ya que detectamos un amago de estos sabores), nos
dijeron que no, pero no dieron detalles, se ve que guardan la formula.plato de barro cocido, para que la carne no pierda temperatura, pero para que tampoco se haga más.
Diferentes fases del corte de la chuleta.
Aquí
nos tomo Honorio una imagen, en la que a mi se me ve ensimismado con los
bocados que iba pasando con resignación estoica.
He
de decir que para mi gusto la chuleta estaba asada en su justo punto, el sabor
intenso que persistía en boca, la grasa parecía mantequilla y la terneza, que
decirles, se deshacía en la boca.
Que
difícil lo van a tener el carnicero
del que me surto, los restaurantes, asadores etc. a los que voy a degustar un buen
chuletón, ya que desde que he degustado
esta chuleta la voy a tener como referencia comparativa y va a ser casi
imposible que las supere nadie.
Con
la chuleta vinieron unas tiras de pimiento recién asados, pimientos que tomé
cuando terminé la chuleta ya que no quería nada en la boca que distrajera el
verdadero sabor de esta espectacular carne.
En
la conversación que mantuvimos con José Gordón se le hizo saber que según
nuestro criterio y entender el plato de cerámica vino poco caliente y la carne
tenia un exceso de sal, bueno cuando digo exceso, quizás no es lo correcto,
exceso para mi, aunque esto tiene solución, como la sal se le pone después de
pasar por la parrilla, no hay mas que raspar un poquito o sacudir la carne
ligeramente y le quitaremos el exceso de sal.
En
cuanto a la temperatura del plato nos dijo, que el piensa es la adecuada, para
mantenerla caliente pero sin que se haga lo más mínimo, es decir mantenerla
como sale de la parrilla.
Me
pareció ver un especie de infiernillos que tal vez los utilicen para aquellos
que quieran pasar la carne por ellos y que no esté sangrante.
Cuando
se está tomando los entrantes el camarero avisa, ahora es el momento de traer
la carne, está en su punto, así que nuestra respuesta “Que no se demore en
presentarse ni unos segundos”.
De
postre uno no tomó nada, otro tomó helado de higo chumbo y sandía y yo tomé
arroz con leche, el arroz una crema bien lograda que venia con capa de
caramelo.
José
Gordón mantiene en algún lugar cercano a la bodega bueyes y vacas vivas para
su cuidado antes del sacrificio, que se hace con los máximos cuidados para que
los animales se estresen lo mínimo.
El
servicio de mesa, cocina, José Gordon, es decir todo el personal muy amable,
atento y sabiendo lo que hace. El trato muy correcto pero sin servilismos.
La
verdad ha merecido la pena esta visita a este templo de la VERDADERA CARNE DE
BUEY, Ah¡ se me olvidaba, la relación precio calidad muy correcto.
7 comentarios:
No voy a hacer ningún comentario amigo Apicius... hasta que no vaya.
¡Cómo me ha puesto los dientes de largos!...
Saludos.
Me he quedado pasmado al ver el fantástico aspecto de esa carne tan entreverada de grasita. Y es que, hace unas semanas, compré para probar un entrecot de buey japonés, Wagyu, a unos precios exorbitantes. Bueno, era un capricho porque había leído que era la mejor carne del mundo. Estaba fabuloso, pero al ver la carne de "El capricho", creo que ésta, no tiene nada que envidiar a la japonesa. Y seguro que a mucho mejor precio.
Saludos
Gracias a tod@s por la visita y comentarios.
Monsieur Sorokin, aun recuerdo el primer contacto que tuve con la carne de Wagyu, fue en Kobe en el año 74 ó 75, por primera vez vi una vaqueria donde el personal estaba de blanco, los establos con música y todo tan limpio que se podía comer en el suelo. Luego la ingesta de este tipo de carne se llevo a cabo con toda la parafernalia que los japoneses son capaces, una esperiencia inolvidable.
Esta carne de la Bodega El Capricho, es diferente, más contundente, otro sabor, no voy a decir ni mejor, ni pero, ya que ambas son excepcionales.
El precio, tampoco anda mal, desde luego algo más barata. En el Capricho también tienen carne de Wagyu.
Que pasen un buen día.
Yo también me he quedado boquiabierta Apicius, el aspecto de la carne es superior y en general, la experiencia que cuenta me ha gustado mucho. Estoy pensando cuanto les gustaría a mis alumnos una excursión de este tipo.
El hecho de que se cuide a los animales, con respeto en el sacrificio, es importante.
Así tendría que ser toda la carne y entonces consumiríamos, menos cantidad, pero comeríamos algo de calidad.
Un abrazo.
Gracias Viena por la visita y comentario.
Saludos
nosotros tuvimos mala.suerte cuando comimos alli en agosto. demasiada gente y muche estres. igual un dia entre semana hay mas dedicacion
Esas cosas suelen pasar cuando uno encuentra el restaurante hasta la bandera.
¿Pero la carne estuvo buena?.
Maria A. Martin Que rápido ha pasado por el restaurante El Capricho me alegro que le haya gustado.
Saludos
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