lunes, 23 de marzo de 2015

Visita a la ganadería de Eva López de Arróyabe

El pasado 15 de marzo realizamos una visita a la ganadera Eva López de Arróyabe

Slow Food intenta incentivar el  EL REGRESO A LA TIERRA que no tiene porqué manifestarse exclusivamente en hacernos agricultores, sino en establecer conexión con nuestros agricultores, que aquí en Álava lo estamos consiguiendo  a través de las Comunidades del Alimento, como la del potro, la de la ternera ecológica, la de verduras de temporada, etc. Víctor López y su mujer Marisol, productores de equino autóctono de Álava  son el  ejemplo de lo que estamos hablando de una Comunidad del Alimento que es capaz de consumir de manera directa y saludable 50 potros con tan sólo la participación de 170 familias de Co-productores, debemos propiciar y fomentar ese tipo de relaciones. También regresamos a la tierra cuando ponemos en marcha acciones educativas; la educación del Gusto de adultos, realizando visitas a productores donde vamos a conocer los sistemas de producción, donde vamos a valorizar el trabajo de productoras y productores de nuestro territorio, porque estamos convencidos que debemos defender el patrimonio agroalimentario local en todos los países del mundo; primero porque tenemos la suerte de tener unos excelentes productos en nuestro territorio y porque comer productos locales significa comer productos de temporada, cosechados en su momento, sabores frescos, significa disminuir la contaminación de su transporte, significa mayor conocimiento de ellos ya  que tenemos  accesibilidad a su producción, etc.
             Con estos objetivos nos encaminamos a Larrea donde Eva  y su compañero Javi nos estaban esperando en la calle a pesar de las inclemencias climatológicvas.
            Comenzó comentando que ganaderos y vecinos de esta localidad comparten espacio y conviven perfectamente. Ellos tienen su explotación en la periferia de la localidad, porque se trasladaron hace años, pero siguen manteniendo en el centro de Larrea las terneras de engorde, sin ningún problema. Tienen la suerte que la llegada de foráneos no ha sido masiva y no se sienten desplazados como ocurre en otros pueblos del entorno. De nombre Uruburu esta explotación mantiene sus ejemplares vacunos desde que nacen hasta que mueren. Procuran tener únicamente hembras que son más rentables para una explotación lechera como esta. Estas hembras cuando nacen las tienen en una especie de casetas individuales hasta los dos meses tonando leche de sus respectivas madres. 
 A partir de esos dos meses no vuelven a probar la leche y pasan a otra finca donde están hasta los 8 o 9 meses para pasar a la citada cuadra del centro de Larrea donde serán inseminadas procurando la mejora genética para tener la mayor cantidad de leche y de la mejor calidad. Eva también nos habla de la situación del sector lácteo que no puede estar peor; un dato, no han cobrado ni un duro desde diciembre en lo que va de año, nos habla de trapicheo de cuotas, de cosas que no tienen sentido como que su leche va a parar a lugares que nos traen a nosotros la leche de allí, estupidez, transporte sin sentido o intereses creados…….?
            Continuando con el ciclo de sus chichas, como Eva las denomina, una vez inseminadas en Larrea vuelven para parir a la Granja Uruburu, donde les tratan igual a que a las embarazadas humanas, todo el tiempo vigiladas, dejándolas dilatar y dejándolas que paran solas. Luego pasan todas a finca de producción hasta dos meses antes de volver a parir que se llevan a otra zona donde las secan (al parto no pueden llegar ni gordas ni delgadas aunque mejor un poco delgadas que no gordas).  Para las 9 de la mañana tienen ordeñadas toda la cabaña, pero en esta ocasión tuvieron la deferencia de dejar cuatro vacas para pudiéramos ver in situ este ancestral, aunque ahora mecanizado, procedimiento. 
 La granja que visitamos, según Eva, será actualmente de las más antiguas y de las más pequeñas de Araba con unos 180 ejemplares en total y unas 70 en producción. En la sala de ordeño las vacas disfrutan de música o radio durante todo el día; aunque no es una granja de las más modernas si disponen de medios electrónicos que informan de qué vacas son ordeñadas, en estado están o si dan poca o mucha leche.
            El ordeño comienza limpiando las ubres manualmente y masajeándolas para que comiencen a dar leche (en la mayoría de las ocasiones ellas solas).
El ordeño para la vaca es un momento de relax que se produce a medida que va reduciendo la presión con la que entran. Las vacas que están casi secas y no tienen presión de expulsar la leche suelen entrar las últimas a la fila de ordeño. El ordenador también va enviar datos de la cantidad de pienso que se le debe suministrar al animal en función de la leche que da, en la situación que se encuentra, preñada, a punto de parir, si tiene algún tipo de enfermedad, etc. El pienso se le suministra de 100 gr. en 100gr. a lo largo de las 24 horas, con la intención de que vayan comiendo despacio y no les baje el PH. El pienso está compuesto por cebada, avena, trigo y soja (lo menos posible). Todo producido en la explotación propiciando el autoconsumo.
            El pico más alto de producción lo tienen hacia el tercer parto, la vaca ha terminado de crecer y está en su plenitud. El record en partos lo tienen con una vaca con 13 partos y 140.000 l. de producción de leche. Después del ordeño desinfectan los pezones que han quedado dilatados en el proceso, con clorasilina. Intentan que después del ordeño vayan a comer y no se tumben para no propiciar la entrada de gérmenes a través de la ubre. Para leche tienen la raza frisona, aunque también tienen monpelier compradas para su fustrado proyecto, por el momento, de dedicarse también a la producción de quesos de leche de vaca. Con todas las ayudas posibles a nivel de instituciones públicas, una vez más, los poderes bancarios fueron los que imposibilitaron llevar a cabo un proyecto que llevaba tiempo demostrando que era rentable. Aprovechan todos los purines para abonar sus campos, pero les crea problemas de gestión. Se creó un proyecto entre 10 ganaderos y agricultores con una balsa en Larrea de 2 millones de litros y 3 ganaderos llevan el purín que les sobra en su explotación para utilizarla en primavera; por otro lado en Gebara con otros dos ganaderos que llevan el purín que les sobra para el aprovechamiento de los agricultores y aplicación de materia orgánica a sus fincas. También complementan, en esta explotación, el abonado con compost que realizan en la misma.
 Entramos en la nave donde se refugian de la intemperie, donde comen el pienso y aunque en esta época nos son necesarios vemos que tienen dispuestos ventiladores para refrescar la estancia en épocas veraniegas. Vemos a casi todas las vacas tumbadas, lo que indica que están a gusto y que el manejo es adecuado (confort animal).
            Nos cuentan que ha habido una evolución en poco tiempo de 200 explotaciones  a 50 actualmente. El precio de la leche se mantiene pero los precios de insumos y carburantes han subido. No ven otra salida que el cerrar el círculo productivo y elaborar y vender queso de leche de vaca para que sea productivo el negocio.
 Siguiendo con el manejo de animales, dos meses antes de parir, dejan las vacas tranquilas y lo que ellos llaman secas, sin producción y en las mejores condiciones para tener las crías, están en preparto. Junto a ellas están las novillas preñadas que parirán por primera vez. La alimentación de las mismas está compuesta por 1 kg. de paja, 15 kilos de silo de hierva, 23 kilos de silo de maíz y 8 kg. de pienso. Se busca que la vaca no engorde, que se mantenga como está, que haga ejercicio y una alimentación de mantenimiento para prepararse para el parto; 15 días antes del parto se les da un suplemento para regular los niveles de sales en sangre. La caída de grano está informatizado y cada vaca con su código tiene su ración en función de lo que necesita de 100 gr. en 100 gr. para evitar que se roben la alimentación. Este ordenador te da la información de lo que comen y de si tienen algún problema de salud deducido del apetito que tienen o dejan de tener. Después de ver la explotación nos dan los números negros de este negocio que apenas acaba pagando gastos y sobreviven gracias a las subvenciones europeas. El frío que recogimos en esta visita fue aplacado por un excelente chocolate con leche de esta explotación que nos preparó Eva, caldo que todos los presentes agradecieron para templar el cuerpo.
Es una pena que estos jóvenes ganaderos tengan que pasar estas penurias económicas y que estén avocados a dejar esta loable y necesaria profesión. Esperamos, de corazón, que nuestros políticos tomen nota y proporcionen los medios adecuados para regularizar este sector tan demacrado y tan necesario.
            Muchas gracias a Eva y Javi por la atención que han tenido con nosotros, os deseamos lo mejor y estamos a vuestra disposición para valorizar y difundir vuestro trabajo, pieza fundamental de nuestra soberanía alimentaria.
            Vitoria-Gasteiz, 22 de marzo de 2015
(Textos de Alberto Popèz de Ipiña)

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