El pasado 15 de marzo realizamos una
visita a la ganadera Eva López de Arróyabe.
Slow Food intenta incentivar el EL REGRESO A
Con
estos objetivos nos encaminamos a Larrea donde Eva y su compañero Javi nos estaban esperando en
la calle a pesar de las inclemencias climatológicvas.
Comenzó
comentando que ganaderos y vecinos de esta localidad comparten espacio y
conviven perfectamente. Ellos tienen su explotación en la periferia de la
localidad, porque se trasladaron hace años, pero siguen manteniendo en el
centro de Larrea las terneras de engorde, sin ningún problema. Tienen la suerte
que la llegada de foráneos no ha sido masiva y no se sienten desplazados como
ocurre en otros pueblos del entorno. De nombre Uruburu esta explotación
mantiene sus ejemplares vacunos desde que nacen hasta que mueren. Procuran
tener únicamente hembras que son más rentables para una explotación lechera
como esta. Estas hembras cuando nacen las tienen en una especie de casetas
individuales hasta los dos meses tonando leche de sus respectivas madres.
A partir de esos dos meses no
vuelven a probar la leche y pasan a otra finca donde están hasta los 8 o 9
meses para pasar a la citada cuadra del centro de Larrea donde serán
inseminadas procurando la mejora genética para tener la mayor cantidad de leche
y de la mejor calidad. Eva también nos habla de la situación del sector lácteo
que no puede estar peor; un dato, no han cobrado ni un duro desde diciembre en
lo que va de año, nos habla de trapicheo de cuotas, de cosas que no tienen
sentido como que su leche va a parar a lugares que nos traen a nosotros la leche
de allí, estupidez, transporte sin sentido o intereses creados…….?
Continuando
con el ciclo de sus chichas, como Eva las denomina, una vez inseminadas en
Larrea vuelven para parir a la Granja Uruburu , donde les tratan igual a que a
las embarazadas humanas, todo el tiempo vigiladas, dejándolas dilatar y
dejándolas que paran solas. Luego pasan todas a finca de producción hasta dos
meses antes de volver a parir que se llevan a otra zona donde las secan (al
parto no pueden llegar ni gordas ni delgadas aunque mejor un poco delgadas que
no gordas). Para las 9 de la mañana
tienen ordeñadas toda la cabaña, pero en esta ocasión tuvieron la deferencia de
dejar cuatro vacas para pudiéramos ver in situ este ancestral, aunque ahora
mecanizado, procedimiento.
La granja que visitamos, según Eva,
será actualmente de las más antiguas y de las más pequeñas de Araba con unos
180 ejemplares en total y unas 70 en producción. En la sala de ordeño las vacas
disfrutan de música o radio durante todo el día; aunque no es una granja de las
más modernas si disponen de medios electrónicos que informan de qué vacas son
ordeñadas, en estado están o si dan poca o mucha leche.
El
ordeño comienza limpiando las ubres manualmente y masajeándolas para que
comiencen a dar leche (en la mayoría de las ocasiones ellas solas).
El ordeño para la vaca es un momento
de relax que se produce a medida que va reduciendo la presión con la que
entran. Las vacas que están casi secas y no tienen presión de expulsar la leche
suelen entrar las últimas a la fila de ordeño. El ordenador también va enviar
datos de la cantidad de pienso que se le debe suministrar al animal en función
de la leche que da, en la situación que se encuentra, preñada, a punto de
parir, si tiene algún tipo de enfermedad, etc. El pienso se le suministra de
100 gr. en 100gr. a lo largo de las 24 horas, con la intención de que vayan
comiendo despacio y no les baje el PH. El pienso está compuesto por cebada,
avena, trigo y soja (lo menos posible). Todo producido en la explotación
propiciando el autoconsumo.
El
pico más alto de producción lo tienen hacia el tercer parto, la vaca ha
terminado de crecer y está en su plenitud. El record en partos lo tienen con
una vaca con 13 partos y 140.000
l . de producción de leche. Después del ordeño desinfectan
los pezones que han quedado dilatados en el proceso, con clorasilina. Intentan
que después del ordeño vayan a comer y no se tumben para no propiciar la
entrada de gérmenes a través de la ubre. Para leche tienen la raza frisona,
aunque también tienen monpelier compradas para su fustrado proyecto, por el
momento, de dedicarse también a la producción de quesos de leche de vaca. Con
todas las ayudas posibles a nivel de instituciones públicas, una vez más, los
poderes bancarios fueron los que imposibilitaron llevar a cabo un
proyecto que llevaba tiempo demostrando que era rentable. Aprovechan todos los
purines para abonar sus campos, pero les crea problemas de gestión. Se creó un
proyecto entre 10 ganaderos y agricultores con una balsa en Larrea de 2 millones
de litros y 3 ganaderos llevan el purín que les sobra en su explotación para
utilizarla en primavera; por otro lado en Gebara con otros dos ganaderos que
llevan el purín que les sobra para el aprovechamiento de los agricultores y
aplicación de materia orgánica a sus fincas. También complementan, en esta
explotación, el abonado con compost que realizan en la misma.
Entramos en la nave donde se
refugian de la intemperie, donde comen el pienso y aunque en esta época nos son
necesarios vemos que tienen dispuestos ventiladores para refrescar la estancia
en épocas veraniegas. Vemos a casi todas las vacas tumbadas, lo que indica que
están a gusto y que el manejo es adecuado (confort animal).
Nos
cuentan que ha habido una evolución en poco tiempo de 200 explotaciones a 50 actualmente. El precio de la leche se
mantiene pero los precios de insumos y carburantes han subido. No ven otra
salida que el cerrar el círculo productivo y elaborar y vender queso de leche
de vaca para que sea productivo el negocio.
Siguiendo con el manejo de animales,
dos meses antes de parir, dejan las vacas tranquilas y lo que ellos llaman
secas, sin producción y en las mejores condiciones para tener las crías, están
en preparto. Junto a ellas están las novillas preñadas que parirán por primera
vez. La alimentación de las mismas está compuesta por
Es una pena que estos jóvenes
ganaderos tengan que pasar estas penurias económicas y que estén avocados a
dejar esta loable y necesaria profesión. Esperamos, de corazón, que nuestros
políticos tomen nota y proporcionen los medios adecuados para regularizar este
sector tan demacrado y tan necesario.
Muchas
gracias a Eva y Javi por la atención que han tenido con nosotros, os deseamos
lo mejor y estamos a vuestra disposición para valorizar y difundir vuestro
trabajo, pieza fundamental de nuestra soberanía alimentaria.
Vitoria-Gasteiz,
22 de marzo de 2015
(Textos de Alberto Popèz de Ipiña)
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