13
de julio de 2013
Remitido por el Presidente del Convivium de Slow Food de Alava-Áraba, yo no pude asistir a este tan interesante evento.
El
Valle Salado ha estado estos días en boca de expertos internacionales en
sistemas hídricos y patrimonios agrícolas y, también, en la de de cientos de
alaveses que han redescubierto el mágico encanto del antiguo Valle alavés del
diamante blanco a través de sus visitas guiadas y de su feria anual, celebrada
el pasado sábado.
La
localidad alavesa de Salinas de Añana celebró este 13 de julio, la Feria de la
Sal, un acontecimiento dirigido a apoyar la Candidatura del Paisaje Cultural
del Valle Salado de Añana a Patrimonio Mundial de la UNESCO. Entre los actos,
organizados por la Fundación Valle Salado, el Ayuntamiento de Añana y la
sociedad de salineros Gatzagak, destaca el espectáculo de luz y sonido “La
memoria del Valle”, que tuvo lugar el a las 22:00 horas.
En
“La memoria del Valle”, voluntarios de la localidad encarnaron, en las propias
eras, a las personas que desde la Prehistoria hasta la actualidad, pasando por
el Imperio Romano y la Edad Media, han mantenido la historia y tradición
salinera del Valle Salado. El espectáculo, que duró una hora, narró la vida de
un salinero que creció lejos de Salinas al decaer la actividad salinera.